miércoles, marzo 07, 2012

Mujeres, para todos los gustos y bolsillos



El Día Internacional de la Mujer me ha dado el pretexto para escribir sobre la situación de las féminas en China, algo que desde hace mucho quería hacer.

Al igual que la mayoría de las mujeres de cualquier país, las chinas han tenido un difícil andar a lo largo de la historia de su nación y, si bien es cierto que han logrado serias conquistas de género en los últimos años, aún les falta mucho camino por recorrer.

Foto: Estela Du Bei


Segunda parte


Pagando las consecuencias

La obsesión de las familias chinas por tener un niño les pasaría la factura tarde o temprano. Ahora los padres andan cazando, con Z, a una mujer para casar, con S, a su hijo, pues existe un gran déficit de féminas en edad reproductiva en China, después de que a muchas se les negó el derecho de nacer.

El gigante asiático se enfrenta ahora a una desproporción, cada vez mayor, entre el número de hombres y mujeres que nacen.

De acuerdo con el Censo Nacional de Población 2010, en China nacen seis niños por cada cinco niñas. Se calcula que en 2013, uno de cada 10 chinos en edad de casarse no encontrará pareja.



Millones de hombres chinos están sufriendo las consecuencias del
aborto selectivo que se practicó durante muchos años en China.
Foto: Gabriela Becerra

Se “venden” caras

Ahora, un ejército de 18 millones de chinos solteros anda desesperados en busca de su media naranja, lo que ha generado dos situaciones que al final de cuentas reducen a la mujer a mera mercancía.

Expongo la primera de ellas. En China, existe un respecto exacerbado  hacia los padres. Tradicionalmente, han sido ellos quienes han decidido quién será el cónyuge de sus hijos (tema que abordaré en una posterior publicación)

Aunque algunos jóvenes han logrado romper con esta tradición en los últimos años, otros todavía dejan que sus progenitores lo decidan.

Todo esto viene porque los padres de las chicas, ahora que escasean las mujeres en edad reproductiva, le exigen más a la familia del novio. Éste tiene que garantizar que tiene una casa, que puede pagar una boda, y que tiene un empleo decente.

Incluso, muchas chicas que deciden por sí mismas quién será su futuro esposo, basan su decisión en lo que éste pueda ofrecerles económicamente, y no en lo que sentimentalmente sienten por él.


Ellas ahora están para elegir y exigen casa, auto y un marido
con buen empleo. Foto: Gabriela Becerra


Según un informe del portal chino Souhu Jiaodian, que realizó una encuesta en las 10 ciudades más grandes de China sobre el capital que se requiere para casarse, en Beijing los chicos necesitarían un promedio de 316 mil 949 dólares para conseguir esposa.


“Las venden baratas”


Por otro lado, el déficit de mujeres chinas en edad reproductiva ha generado que los hombres más pobres, sobre todo los que viven en áreas rurales, no consigan una chica para casarse ante la fuerte “dote” que éstas exigen.

Desafortunadamente, este déficit de chinas, que se generó a partir de la discriminación contra las mujeres, crea a su vez otra situación en donde las féminas también salen perdiendo: me refiero a la compra de esposas.

Y países pobres, como Vietnam, están vendiendo gran número de ellas al ejército de solteros chinos que no tienen dinero para pagar las exigencias económicas de las mujeres de su país.

La mayoría de las veces las vietnamitas no se venden por voluntad, sino que son víctimas de redes de trata de personas, que se encubren como agencias que les prometen a los chinos encontrar una linda esposa, buena y sumisa.

Vivimos en un mundo globalizado. Las malas decisiones de
un país siempre salpican al más indefenso. En este caso, las
mujeres vietnamitas también están pagando las consecuencias.
Foto: Gabriela Becerra

Muchas de estas agencias incluso muestran por Internet las fotos de las candidatas, todas muy jovencitas, y ofrecen al comprador una esposa a partir de los 900 dólares con un año de garantía, que consiste en que si la chica se llega a escapar antes de este plazo, la agencia le concederá otra.

Hay agencias que por 6 mil dólares garantizan una esposa virgen. El precio incluye la firma del acta matrimonial (que no es otra cosa que el documento que ampara la compra)

De acuerdo con la página de Internet periodismohumano.com en su artículo “163 más de hombres que de mujeres en Asia”, el informe sobre Trata de Personas, realizado por el Departamento de Estado, de Estados Unidos en 2009, señala que el mayor desequilibrio de género en Asia surge a raíz de la trata sexual, ya sea por matrimonios impuestos o transfronterizos, así como por prostitución forzada, en donde las mujeres de zonas pobres son entregadas a hombres de regiones ricas.

Lo que refleja que el problema no sólo tiene que ver con una cuestión de discriminación y explotación sexual de género, sino con el abuso de poder que siempre ha existido entre los países pobres y ricos.

Desde luego que los campesinos chinos no son ricos, pero el auge económico por el que atraviesa su país les ha salpicado, aunque sea un poco, como para comprarse una esposa vietnamita a un precio increíblemente ridículo, que está por demás decir que ofende la dignidad de cualquier mujer.

Incluso, algunos padres vietnamitas han visto en esta forma una buena forma de salir de la pobreza y ahora prefieren tener hijas con el objetivo de venderlas.


Tal parece que las regiones ricas se encargarán
de "producir" hombres que en un futuro
comprarán a las mujeres que "producen" los países
más pobres.Foto: Gabriela Becerra

El problema no sólo es de género, sino también de pobreza. Mientras la mujer no deje de ser considerada como un bien, una propiedad o una mercancía, empezando por los propios padres y la sociedad en la que se desenvuelve, cualquier esfuerzo por cambiar su situación será inútil.


Mujeres chinas, discriminadas antes de nacer

Primera parte


El Día Internacional de la Mujer me ha dado el pretexto para escribir sobre la situación de las féminas en China, algo que desde hace mucho quería hacer.

Al igual que la mayoría de las mujeres de cualquier país, las chinas han tenido un difícil andar a lo largo de la historia de su nación y, si bien es cierto que han logrado serias conquistas de género en los últimos años, aún les falta mucho camino por recorrer.


En China, al igual que en muchos países,
culturas y periodos de la historia, la mujer ha tenido
que luchar hasta por el derecho a nacer.
Foto: Gabriela Becerra
 
Rechazadas antes de nacer


Desde el vientre materno, las chinas se enfrentan a la discriminación. A pesar de que en la legislación de su país se prohíbe el aborto selectivo, los números revelan que sigue siendo muy común negarle a una niña el derecho de nacer, pues existe una gran desproporción con respecto a la cifra de hombres que sí nacen.

Para frenar el aborto selectivo, que les negó a muchas niñas la posibilidad de nacer y que se incrementó con la política del hijo único puesta en marcha en 1979, el gobierno chino prohibió a los médicos revelar el sexo del bebé cuando se le realizara un ultrasonido a la madre.

Pero la desproporción entre los niños que sí están naciendo y las niñas que están dejando se hacerlo, refleja que cientos de médicos han faltado en más de una vez a su juramento profesional por una generosa retribución económica.


En las zonas rurales, especialmente, los padres prefieren
tener un hijo para que los ayude en las tareas del campo.
 Foto: Gabriela Becerra.

¿Por qué se prefiere a los niños?


Existen registros que muestran que desde la China imperial ya se prefería darles a los varones el derecho de nacer.
 
Como en muchas culturas, la mujer china era considerada como una propiedad, algo que se adquiere. Y al casarse, prácticamente pasaba a ser un bien de la familia política. En cambio, los hijos se ocupaban de cuidar a sus padres en la vejez y de heredar el apellido.

Además, las familias que vivían en las zonas rurales requerían de un varón que los ayudara en las arduas tareas del campo.

Desafortunadamente, estas viejas costumbres se mantienen hasta la fecha en muchas familias. Consideran que una niña es una pérdida económica, algo en lo que se invirtió mucho tiempo y dinero para que al final otra familia lo disfrute.

En cambio, para los padres un hijo representa una ganancia, porque además de que con su apellido preservará el linaje de la familia, tendrá la responsabilidad de velar por los padres, es decir, les retribuirá lo que éstos le dieron.

Muchos padres chinos aún consideran que
una hija es una pérdida económica en la
que invirtieron y al final otro se lleva.
Foto: Gabriela Becerra

Si sólo se puede uno, entonces que sea niño

Cuando a China no le iba tan bien como ahora. Cuando estaba alarmada porque temía que la escasez de alimentos y agua no fueran suficientes para abastecer a los casi mil millones de habitantes que había en 1979, decidió aplicar una de las medidas más duras para cualquier familia: la de tener un solo hijo, esta política se llamó “Una familia, un hijo”.

Esta medida es la que disparó la tasa de abortos selectivos.

Si bien es cierto que culturalmente se había preferido a los niños, al menos cuando las familias eran grandes, en promedio seis hijos, las niñas tenían más probabilidades de nacer si antes habían tenido algún hermano o existía la posibilidad de tenerlo después, pero con la nueva política sólo había una oportunidad y los padres decidían dársela al varón.

Cuando el gobierno chino aplicó la política de un
hijo por familia, muchos padres buscaron la forma
de que ese único fuera niño.
Foto: Estela Du Bei


Todo porque sea un niño


La política del hijo único vino acompañada de una serie de penalizaciones, como multas, la pérdida del trabajo y la casa, y hasta la esterilización forzada para aquellos que la incumplieran.
Sin embargo, el gobierno chino flexibilizó su política en ciertos casos. Por ejemplo, en las zonas rurales, les permitió a las familias tener un segundo hijo para ayudar en las tareas del campo, sólo si la primogénita había sido niña.
Esta medida tampoco pudo evitar que se practicaran miles de abortos o abandono de niñas en el intento de conseguir al varón.

El aborto selectivo, aquel en donde a la madre se le permitía 
abortar al saber que esperaba a una niña, estuvo muchos
años permitido en China.
Foto: Gabriela Becerra

De acuerdo con artículo “Las niñas perdidas de China”, publicado en la revista en línea Gloobal hoy, más del 90 por ciento de la población infantil que hay en los orfanatos de China son niñas abandonadas, la mayoría de ellas producto del “intento fallido” de las familias campesinas que andaban en busca del niño.
Se sabe que la mayoría de las familias campesinas, cuyo primer hijo fue varón, firman inmediatamente el certificado de un niño por familia, porque apenas y les alcanza para mantener a uno, mientras que el resto se arriesga a pagar grandes multas, perder su patrimonio y trabajo por seguir buscando al niño.