martes, marzo 05, 2013

La publicidad le coquetea a 9 millones de chinos en metro de Beijing


Beijing me hizo regresar a mis viajes en metro, esos que por años realicé en la Ciudad de México cuando iba a la Universidad y que más tarde abandoné para adoptar el auto. Te puedes quejar de que el metro vaya a reventar, de no alcanzar lugar, de los malos olores, de los carteristas o de que algún patán intente darte un masaje erótico, pero nunca de que sea aburrido.

En el metro de Beijing me pasa lo mismo, para mí es como un laboratorio sociológico en el que observo cómo se comporta la gente, cómo se viste, peina y entretiene con sus móviles y tabletas, ya sea con música, películas, juegos y libros electrónicos.

Esta imagen es de lo más común. La mayoría de los usuarios, 
sobre todo los jóvenes, "matan" el tiempo con sus móviles y tabletas. 
Foto: Gabriela Becerra


En el trayecto también me distraigo con la gran cantidad de publicidad que hay por todas partes. Es imposible escapar de ella. De los pasamanos penden agarraderas con anuncios y los corredores de cambio de línea están tapizados con publicidad de marcas famosas, pantallas electrónicas de gran tamaño y vitrinas de cristal con productos dentro.


Foto: Gabriela Becerra


Colocado en los pasillos de transbordo.
Foto: Gabriela Becerra


En los cambios de estación hay decenas de vitrinas que 
exhiben los productos. 
Foto: Gabriela Becerra

No cabe duda que las empresas han sabido explotar todos los espacios posibles. Hay andenes en Beijing que parecen centros comerciales: de los techos cuelgan carteles y de las paredes anuncios luminosos. 

Además, las columnas y pisos están forrados con imágenes de distintos productos, modelos guapísimos o simplemente el nombre de la marca.

Cada vez son menos los espacios que están libres de publicidad. 
Foto: Gabriela Becerra

Foto: Gabriela Becerra

Mientras esperan el siguiente metro, los usuarios quedan atrapados en medio del bombardeo publicitario.

Pero eso no es todo, en los andenes y vagones también hay pantallas de televisión, en donde te entretienen con programas de cocina, chismes del mundo del espectáculo, concursos de canto y más publicidad.


Foto: Gabriela Becerra

Por si faltara algo, el marketing también está presente en algunos túneles. Ahí están colocados anuncios fluorescentes que, con la velocidad del metro, adquieren movimiento y lucen como en televisión.

Durante el cambio de línea te puedes encontrar
 con pantallas electrónicas de gran tamaño.
 Foto: Gabriela Becerra

En las pantallas también se promocionan
los estrenos cinematográficos.
Foto: Gabriela Becerra

Ningún lugar reúne a tanta gente en un día como el metro. Por muy corto que sea un traslado, los usuarios gastan mínimo 5 minutos para llegar a la siguiente estación, tiempo suficiente para consumir algo de publicidad y crear una nueva necesidad, un nuevo deseo.

El metro de Beijing se ha convertido en un mercado muy apetitoso para las grandes marcas. En la última década este sistema de transporte se desarrolló a pasos agigantados al crearse 13 de sus 16 líneas, construcción impulsada por la denominación de Beijing como sede de los Juegos Olímpicos 2008.

Las compañías que aquí se anuncian tienen la certeza de que diariamente 9 millones de pasajeros, y hasta 10 en los días de máximo tráfico, verán su publicidad en alguna de las 16 líneas que componen este sistema de transporte.


Como si fuera centro comercial, las empresas promocionan 
sus productos en vitrinas iluminadas
Foto: Gabriela Becerra



Apenas el 30 de diciembre de 2012, el gobierno local inauguró la ampliación de tres líneas (8, 9 y 10) y una nueva (6), con lo que el metro de Beijing pasó de la cuarta posición mundial a la primera en cuanto a kilómetros de red se refiere, superando así a ciudades como Londres, Seúl y Shanghai.


La publicidad en el metro está creando nuevas necesidades de consumo. No es coincidencia que en las estaciones cercanas a los enormes centros comerciales o en las que se realizan transbordos  masivos haya gran cantidad de anuncios.



                                                      Foto: Gabriela Becerra



                                                  Foto: Gabriela Becerra


Creo que la llamada China socialista ha dejado de serlo al menos en su política económica. En los tres años que llevo viviendo en el país he observado cómo el capitalismo más salvaje se da vuelo en las grandes ciudades. Hoy en día, el 50 por ciento de la población total vive en zonas urbanas por lo que, de alguna forma u otra, están expuestos a la publicidad y al estilo de vida que ésta busca imponerles.