miércoles, marzo 07, 2012

Mujeres chinas, discriminadas antes de nacer

Primera parte


El Día Internacional de la Mujer me ha dado el pretexto para escribir sobre la situación de las féminas en China, algo que desde hace mucho quería hacer.

Al igual que la mayoría de las mujeres de cualquier país, las chinas han tenido un difícil andar a lo largo de la historia de su nación y, si bien es cierto que han logrado serias conquistas de género en los últimos años, aún les falta mucho camino por recorrer.


En China, al igual que en muchos países,
culturas y periodos de la historia, la mujer ha tenido
que luchar hasta por el derecho a nacer.
Foto: Gabriela Becerra
 
Rechazadas antes de nacer


Desde el vientre materno, las chinas se enfrentan a la discriminación. A pesar de que en la legislación de su país se prohíbe el aborto selectivo, los números revelan que sigue siendo muy común negarle a una niña el derecho de nacer, pues existe una gran desproporción con respecto a la cifra de hombres que sí nacen.

Para frenar el aborto selectivo, que les negó a muchas niñas la posibilidad de nacer y que se incrementó con la política del hijo único puesta en marcha en 1979, el gobierno chino prohibió a los médicos revelar el sexo del bebé cuando se le realizara un ultrasonido a la madre.

Pero la desproporción entre los niños que sí están naciendo y las niñas que están dejando se hacerlo, refleja que cientos de médicos han faltado en más de una vez a su juramento profesional por una generosa retribución económica.


En las zonas rurales, especialmente, los padres prefieren
tener un hijo para que los ayude en las tareas del campo.
 Foto: Gabriela Becerra.

¿Por qué se prefiere a los niños?


Existen registros que muestran que desde la China imperial ya se prefería darles a los varones el derecho de nacer.
 
Como en muchas culturas, la mujer china era considerada como una propiedad, algo que se adquiere. Y al casarse, prácticamente pasaba a ser un bien de la familia política. En cambio, los hijos se ocupaban de cuidar a sus padres en la vejez y de heredar el apellido.

Además, las familias que vivían en las zonas rurales requerían de un varón que los ayudara en las arduas tareas del campo.

Desafortunadamente, estas viejas costumbres se mantienen hasta la fecha en muchas familias. Consideran que una niña es una pérdida económica, algo en lo que se invirtió mucho tiempo y dinero para que al final otra familia lo disfrute.

En cambio, para los padres un hijo representa una ganancia, porque además de que con su apellido preservará el linaje de la familia, tendrá la responsabilidad de velar por los padres, es decir, les retribuirá lo que éstos le dieron.

Muchos padres chinos aún consideran que
una hija es una pérdida económica en la
que invirtieron y al final otro se lleva.
Foto: Gabriela Becerra

Si sólo se puede uno, entonces que sea niño

Cuando a China no le iba tan bien como ahora. Cuando estaba alarmada porque temía que la escasez de alimentos y agua no fueran suficientes para abastecer a los casi mil millones de habitantes que había en 1979, decidió aplicar una de las medidas más duras para cualquier familia: la de tener un solo hijo, esta política se llamó “Una familia, un hijo”.

Esta medida es la que disparó la tasa de abortos selectivos.

Si bien es cierto que culturalmente se había preferido a los niños, al menos cuando las familias eran grandes, en promedio seis hijos, las niñas tenían más probabilidades de nacer si antes habían tenido algún hermano o existía la posibilidad de tenerlo después, pero con la nueva política sólo había una oportunidad y los padres decidían dársela al varón.

Cuando el gobierno chino aplicó la política de un
hijo por familia, muchos padres buscaron la forma
de que ese único fuera niño.
Foto: Estela Du Bei


Todo porque sea un niño


La política del hijo único vino acompañada de una serie de penalizaciones, como multas, la pérdida del trabajo y la casa, y hasta la esterilización forzada para aquellos que la incumplieran.
Sin embargo, el gobierno chino flexibilizó su política en ciertos casos. Por ejemplo, en las zonas rurales, les permitió a las familias tener un segundo hijo para ayudar en las tareas del campo, sólo si la primogénita había sido niña.
Esta medida tampoco pudo evitar que se practicaran miles de abortos o abandono de niñas en el intento de conseguir al varón.

El aborto selectivo, aquel en donde a la madre se le permitía 
abortar al saber que esperaba a una niña, estuvo muchos
años permitido en China.
Foto: Gabriela Becerra

De acuerdo con artículo “Las niñas perdidas de China”, publicado en la revista en línea Gloobal hoy, más del 90 por ciento de la población infantil que hay en los orfanatos de China son niñas abandonadas, la mayoría de ellas producto del “intento fallido” de las familias campesinas que andaban en busca del niño.
Se sabe que la mayoría de las familias campesinas, cuyo primer hijo fue varón, firman inmediatamente el certificado de un niño por familia, porque apenas y les alcanza para mantener a uno, mientras que el resto se arriesga a pagar grandes multas, perder su patrimonio y trabajo por seguir buscando al niño.




5 comentarios:

  1. Querida Gabriela, me encanta leer tu blog.

    Gracias por nos informar acerca deste distante y contradictorio pais.

    Afectuosamente,
    Bruna desde Brasil

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  2. Belo texto, Gabi, muito bem escrito e esclarecedor. Parabéns! Débora Portela

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  3. Prima hermosa, te felicito por lo bien que haces tu trabajo.

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  4. Prima te amo!
    siempre es interesante leer lo que escribes. Me lleva a ese lugar y ese momento en segundos!!

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  5. mutilen a los hombres para que no ejendren si se pueden llamar hombres

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