miércoles, junio 05, 2013

México y China, un romance que apunta a matrimonio


Hace exactamente dos meses estaba en Hainan, una provincia insular de China, cubriendo el Foro de Boao para Asia 2013, en donde participó el presidente de México, Enrique Peña Nieto, a invitación de su homólogo Xi Jinping.

Dicho gesto me pareció un buen acercamiento para ir sanando una relación que andaba en la cuerda floja, con heridas del pasado ocasionadas por varios factores, entre ellos la reunión que alguna vez sostuvo el ex presidente Felipe Calderón con el Dalai Lama, jefe espiritual del budismo tibetano.

Lo mejor de todo en que Xi y Peña decidieron no comprar problemas ajenos, y como presidentes recién elegidos optaron por el “borrón y cuenta nueva”. Además, Xi sabe que su homólogo pertenece a otro partido político (Partido Revolucionario Institucional) que si algo hay que reconocerle es su manejo de las relaciones diplomáticas.

Lo que nadie se esperaba es que en ese reencuentro entre México y China en abril pasado hubo un coqueteo que derivó en enamoramiento, pues han transcurrido sólo dos meses y ambos mandatarios dejaron del lado el océano que los separa para volver a reunirse. 

Foto tomada de la página web de Radio Internacional de China
 
A diferencia de la visita que hizo Peña a China, la de Xi Jinping es de Estado y ya se firmaron acuerdos importantes en materia de minería, infraestructura, energía y educación. Por cierto, de 40 becas que antes se ofrecían a estudiantes mexicanos para estudiar en China, ahora se otorgarán 300.

Cuando otros países sudamericanos estaban sacándole provecho a la bonanza de China, México estaba durmiendo en sus laureles, parece que ya va despertando. Y si este enamoramiento apunta a un matrimonio, México debería ir escribiendo sus capitulaciones matrimoniales, estableciendo en primer lugar las plataformas para nivelar la balanza comercial que existe a favor de China, un tema que tenemos pendiente.

Cuando entrevisté a Peña Nieto en el Foro de Boao para Asia me dijo que Xi Jinping había mostrado una gran disposición para estrechar la relación con México y que sólo faltaba el compromiso y la voluntad política del gobierno mexicano para trabajar en la ruta del acercamiento. Todo indica que esta disposición se está dando. Los cimientos están colocados, falta construir el edificio completo. México tiene un gran reto por delante.

Y si bien es cierto que falta mucho y tenemos grandes desventajas para competir con China, al menos México se ha dado la oportunidad de coquetear con Asia, cuando sólo tenía ojos para mirar a su eterno enamorado Estados Unidos.

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