lunes, febrero 14, 2011

La Gran Muralla cubierta de nieve


He visitado la Gran Muralla china en tres ocasiones y no deja de sorprenderme. Como ya la había visto en primavera y verano, no me la quería perder vestida de blanco, así que aproveché la segunda nevada del año en Beijing y me lancé a conocer El paso Juyongguan, que está como a una hora de la ciudad.

La Muralla cambia de rostro según la temporada. Durante la primavera las montañas que la rodean lucen verdes y con algunas flores silvestres. En verano visten con un verde intenso. En otoño las hojas de los árboles se tiñen de amarillo y marrón, una escena que todavía me falta contemplar.

Mientras que en invierno, el paisaje es un tanto gris, porque todo está seco, pero cuando cae nieve se pinta de blanco; y si aparecen los rayos del sol, también se puede disfrutar del plateado.

Como es el punto más cercano a Beijing y no disponía de mucho tiempo, me decidí por El paso Juyongguan, uno de los tres mayores accesos a la Gran Muralla y sitio estratégico durante diferentes dinastías, debido a que conectaba con la capital.

Foto: Juan Carlos Zamora


Durante las diferentes dinastías que gobernaron China, los pasos fueron construidos en los caminos importantes y estaban protegidos por varios muros, donde se acantonaba el ejército imperial.

En el caso de Juyongguan observé construcciones interesantes, como las torres en forma de prisma que coronan la parte superior de la muralla, que junto con las atalayas formaban una red de comunicación militar.

Foto: Gabriela Becerra


También vi las famosas troneras, es decir, aberturas en los costados de la muralla para disparar flechas u otras armas de artillería. Sin duda, Juyongguan fue un importante punto de defensa militar.

Aunque sé que nunca conoceré completamente la Gran Muralla, una serpiente de piedra de más de siete mil kilómetros de largo, que se extiende desde las montañas de Corea hasta el Desierto de Gobi, tengo al menos que visitar los tramos de Badaling, Mutianyu y El paso Shanhaiguan, donde uno de sus extremos se une al Mar de Bohai, en el Océano Pacífico.

Por lo pronto, ya conozco el tramo Simatai-Jinshanling, de diez kilómetros, que caminé por cinco horas, una de las experiencias más bellas que he tenido.

Con sus muros, pasos, atalayas y torres, construidos y reconstruidos por diferentes dinastías en más de mil años, la Gran Muralla se va robando parte de mí en cada paso que doy sobre ella.

Foto: Juan Carlos Zamora



Foto: Gabriela Becerra

1 comentario:

  1. Hola , estoy planeando ir a finales de enero a conocer la Gran Muralla. En que mes fue que tomaste estas fotos? Saludos!

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