Dicen que el amor entra por el estómago y no lo dudo, porque la variedad de platos que ofrecen los chinos de la etnia Hui, que habitan el barrio musulmán de la ciudad de Xi´an, hace que los visitantes siempre quieran regresar.
Más que un barrio parece un auténtico mercado por la mezcla de sabores, el colorido de los platos, la algarabía de la gente, y el grito de los cocineros invitando a los comensales a probar sus platillos.
Foto: Gabriela Becerra |
Localizado en el centro histórico de la ciudad amurallada de Xi´an, de la provincia de Shaanxi, el barrio musulmán ha sido históricamente ocupado por la etnia Hui, que ha mantenido sus tradiciones religiosas a través de los años.
Se calcula que en Xi´an hay alrededor de 50 mil musulmanes de la etnia Hui, la mayoría se concentra en este barrio que se desarrolló alrededor de la Gran Mezquita , construida en 1360.
Llena de tradición y colorido, esta comunidad atrapa a decenas de visitantes y lugareños que acuden a consentir su paladar con una interesante combinación de sabores chinos y musulmanes.
Los tallarines, caldosos o secos, picantes o con carne, son los más solicitados; pero no se quedan atrás las brochetas de cordero, res, tripas, pulpo y otras carnes exóticas. Mientras que las típicas hamburguesas chinas de Xi´an es algo que debe incluirse en la degustación.
Foto: Gabriela Becerra |
Y claro, al ser un barrio árabe el pan, dulce o con especias, es otro de los protagonistas, así como los frutos secos, entre ellos duraznos, dátiles, pasas, nueces, almendras y castañas.
Foto: Gabriela Becerra |
Por cierto, es la primera vez que en China veo jugos naturales. Los habitantes de otras ciudades no los acostumbran, prefieren tomar té o bebidas saborizadas embotelladas. Pero en este barrio se puede disfrutar del zumo de la caña, la granada y la piña.
En cuanto a los postres también hay gran variedad. Venden un pastel elaborado con un tipo de arroz pegajoso que a los chinos les gusta mucho y con el que preparan numerosos platillos. Su cubierta es de chocolate y la rebanada la venden como si fuera una paleta, porque le ensartan un palito. Hay otra tarta muy parecida, pero más delgada, hecha también con arroz pegajoso y rellena de chocolate.
Foto: Gabriela Becerra |
Si de darle rienda suelta al paladar y experimentar nuevos sabores se trata, lo mejor opción es caminar por las alegres y coloridas calles del barrio musulmán de Xi´an.
MUY BUENA PUBLICACION,SE ME ANTOJO EL PASTELILLO DE ARROZ,SALUDOS!
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