sábado, octubre 05, 2013

Frida Kahlo visita China


Físicamente, Frida Kahlo no pudo llegar lejos, las lesiones en la columna la mantuvieron empotrada a una cama durante gran parte de su vida, pero su legado artístico ese sí que va a donde quiere, trasciende el tiempo y las fronteras.

Esta vez, la artista mexicana llegó hasta China a través de “Frida Kahlo: amor, dolor y pasión”, una de las puestas en escena con la que concluyó la sexta edición del Festival Fringe de Beijing, que comenzó el pasado 3 de septiembre en la capital china.

Foto: Gabriela Becerra

A través de un monólogo, alternado con canciones mexicanas, la actriz y cantante Ana Alicia Salas, quien da vida a Frida Kahlo, narró de forma amena y divertida los momentos clave de la vida de uno de los personajes más emblemáticos en la historia de México.

En el escenario, Frida le daba tragos a su tequila entre canto y baile, mientras el público chino le aplaudía al ritmo de la música mexicana.

Foto: Gabriela Becerra

Foto: Gabriela Becerra

“Me encontré con este personaje hace ya cuatro años y me trae de la mano para todas partes…Es un personaje querido, maravilloso y mi vida me la lleno de expectativas”, me dijo Ana Salas en su camerino del Teatro Nacional de China, donde se presentó los días 27, 28 y 29 de septiembre.

La protagonista, también directora de la puesta en escena, expresó que está muy agradecida con Frida Kahlo porque es un personaje muy generoso, ya que la gente vende con su imagen desde bolsas, paraguas, camisetas y libros, hasta obras de teatro.

Foto: Gabriela Becerra


Bajo la dirección artística de Meng Jinghui, el Festival Fringe de Beijing inició en 2008 y se ha convertido en uno de los mayores festivales de teatro en China.


Este año, el evento presentó un total de 59 obras de primera clase, de las cuales 29 fueron realizadas por grupos teatrales chinos y 12 por compañías extranjeras de diversos países, entre ellos México. 

jueves, octubre 03, 2013

Un día como chef en China

Hace unos días visité la Escuela Culinaria del Nuevo Oriente, la escuela de gastronomía más importante de China, con planteles distribuidos en todo el territorio.

La invitación la hizo la Asociación de Amistad del Pueblo Chino con el Extranjero, que organiza este tipo de actividades para todos los expatriados que trabajamos por acá.

La idea de la visita era conocer el plantel de Beijing y aprender a cocinar algunos platillos chinos.

Lo primero que llamó mi atención fue el tamaño de las instalaciones y la cantidad de alumnos que hay, cerca de 2 mil. En China todo tiene enormes dimensiones.

Los alumnos llevaban uniforme según su grado y usaban "la toque blanche", como se le conoce al gorro de chef.


Estaban divididos por grupos y cada uno realizaba actividades diferentes. Algunos hacían figuras decorativas con las cáscaras de las frutas y verduras, o practicaban cortes muy finos en las mesas de ping-pong que adaptan para este fin en horas de clase.




Otros se ejercitaban en el patio levantando una cazuela de metal con una mano, hacían varias repeticiones para fortalecer el brazo y conservar el equilibrio del gran recipiente.

Mientras que el resto de los alumnos tomaba clases en los distintos salones que más bien parecen cocinas.



En China, la mayoría de las escuelas de nivel superior cuentan con sistema de internado, es decir, los alumnos no sólo estudian en los planteles sino también viven ahí.

En el caso de la Escuela Culinaria del Nuevo Oriente, una parte de las instalaciones está destinada a las aulas y cocinas donde los alumnos practican, otra a sus dormitorios, una más pequeña al área administrativa, y el resto a un gran patio con canchas de básquetbol y mesas de ping-pong.

Después de tomarnos la foto oficial con las autoridades de la escuela y algunos estudiantes, nos llevaron a un auditorio para darnos la bienvenida y una clase teórica sobre las características de las ocho cocinas más reconocidas y representativas de China.

Tras una hora de conocimientos teóricos vino la práctica, para ello nos llevaron a un salón que me encantó, porque en lugar de tener un pizarrón al frente, dispone de una gran estufa con dos quemadores, para que el profesor pueda explicar con lujo de detalle a sus pupilos.


Uno de los chef más reconocidos de la escuela nos enseñó a cocinar yu xiang rou si (鱼香肉丝), un platillo con finas tiritas de carne de puerco , vegetales y picante; ma po dou fu (麻婆豆腐), tofu frito con salsa picante, y xi hong shi chao ji dan (西红柿炒鸡蛋), huevos fritos con jitomate, como a la mexicana, creo que este platillo existe en todo el mundo.



Después de la demostración, los invitados tuvimos que poner en práctica los conocimientos adquiridos, así que nos llevaron a otro salón que cuenta con pequeñas cocinetas.

Asesorados por los estudiantes, los extranjeros aprendimos a cocinar yu xiang rou si (鱼香肉丝). 


Claro, después del trabajo vino la recompensa y nos premiamos comiendo nuestras propias creaciones culinarias.


A diferencia de otros extranjeros que no lograron entenderse con el arte culinario de este país, mi paladar siempre fue curioso y se adaptó rápidamente a la variedad de sabores que existen en la cocina china. Agradezco a la comida mexicana, intensa en sabores, esta enseñanza. 

La comida será una de las cosas que más extrañaré de este país. Y aunque hay decenas de restaurantes chinos en la Ciudad de México, nada como China para degustar su gastronomía, así que mientras llega el momento de subirme al avión, a tupirle duro.