El Día
Internacional de la Mujer
me ha dado el pretexto para escribir sobre la situación de las féminas en China,
algo que desde hace mucho quería hacer.
Al igual que la
mayoría de las mujeres de cualquier país, las chinas han tenido un difícil
andar a lo largo de la historia de su nación y, si bien es cierto que han
logrado serias conquistas de género en los últimos años, aún les falta mucho camino
por recorrer.
En China, al igual que en muchos países, culturas y periodos de la historia, la mujer ha tenido que luchar hasta por el derecho a nacer. Foto: Gabriela Becerra |
Rechazadas antes de nacer
Desde el vientre
materno, las chinas se enfrentan a la discriminación. A pesar de que en la
legislación de su país se prohíbe el aborto selectivo, los números revelan que sigue
siendo muy común negarle a una niña el derecho de nacer, pues existe una gran desproporción
con respecto a la cifra de hombres que sí nacen.
Para frenar el
aborto selectivo, que les negó a muchas niñas la posibilidad de nacer y que se
incrementó con la política del hijo único puesta en marcha en 1979, el gobierno
chino prohibió a los médicos revelar el sexo del bebé cuando se le realizara un
ultrasonido a la madre.
Pero la
desproporción entre los niños que sí están naciendo y las niñas que están
dejando se hacerlo, refleja que cientos de médicos han faltado en más de una vez a
su juramento profesional por una generosa retribución económica.
En las zonas rurales, especialmente, los padres prefieren tener un hijo para que los ayude en las tareas del campo. Foto: Gabriela Becerra. |
¿Por qué se prefiere a los niños?
Como en muchas
culturas, la mujer china era considerada como una propiedad, algo que se
adquiere. Y al casarse, prácticamente pasaba a ser un bien de la familia
política. En cambio, los hijos se ocupaban de cuidar a sus padres en la vejez y
de heredar el apellido.
Además, las
familias que vivían en las zonas rurales requerían de un varón que los ayudara
en las arduas tareas del campo.
Desafortunadamente,
estas viejas costumbres se mantienen hasta la fecha en muchas familias.
Consideran que una niña es una pérdida económica, algo en lo que se invirtió
mucho tiempo y dinero para que al final otra familia lo disfrute.
En cambio, para
los padres un hijo representa una ganancia, porque además de que con su
apellido preservará el linaje de la familia, tendrá la responsabilidad de velar
por los padres, es decir, les retribuirá lo que éstos le dieron.
Muchos padres chinos aún consideran que una hija es una pérdida económica en la que invirtieron y al final otro se lleva. Foto: Gabriela Becerra |
Si sólo se puede uno, entonces que sea niño
Cuando a China
no le iba tan bien como ahora. Cuando estaba alarmada porque temía que la
escasez de alimentos y agua no fueran suficientes para abastecer a los casi mil
millones de habitantes que había en 1979, decidió aplicar una de las medidas
más duras para cualquier familia: la de tener un solo hijo, esta política se
llamó “Una familia, un hijo”.
Esta medida es
la que disparó la tasa de abortos selectivos.
Si bien es cierto que
culturalmente se había preferido a los niños, al menos cuando las familias eran grandes,
en promedio seis hijos, las niñas tenían más probabilidades de nacer
si antes habían tenido algún hermano o existía la posibilidad de tenerlo
después, pero con la nueva política sólo había una oportunidad y los padres
decidían dársela al varón.
Cuando el gobierno chino aplicó la política de un hijo por familia, muchos padres buscaron la forma de que ese único fuera niño. Foto: Estela Du Bei |
Todo porque sea un niño
La política del
hijo único vino acompañada de una serie de penalizaciones, como multas, la
pérdida del trabajo y la casa, y hasta la esterilización forzada para aquellos
que la incumplieran.
Sin embargo, el
gobierno chino flexibilizó su política en ciertos casos. Por ejemplo, en las
zonas rurales, les permitió a las familias tener un segundo hijo para ayudar en
las tareas del campo, sólo si la primogénita había sido niña.
Esta medida
tampoco pudo evitar que se practicaran miles de abortos o abandono de niñas en
el intento de conseguir al varón.
El aborto selectivo, aquel en donde a la madre se le permitía abortar al saber que esperaba a una niña, estuvo muchos años permitido en China. Foto: Gabriela Becerra |
De acuerdo con artículo
“Las niñas perdidas de China”, publicado en la revista en línea Gloobal hoy, más del 90 por ciento de la
población infantil que hay en los orfanatos de China son niñas abandonadas, la
mayoría de ellas producto del “intento fallido” de las familias campesinas que
andaban en busca del niño.
Se sabe que la
mayoría de las familias campesinas, cuyo primer hijo fue varón, firman inmediatamente
el certificado de un niño por familia, porque apenas y les alcanza para
mantener a uno, mientras que el resto se arriesga a pagar grandes multas,
perder su patrimonio y trabajo por seguir buscando al niño.
Querida Gabriela, me encanta leer tu blog.
ResponderEliminarGracias por nos informar acerca deste distante y contradictorio pais.
Afectuosamente,
Bruna desde Brasil
Belo texto, Gabi, muito bem escrito e esclarecedor. Parabéns! Débora Portela
ResponderEliminarPrima hermosa, te felicito por lo bien que haces tu trabajo.
ResponderEliminarPrima te amo!
ResponderEliminarsiempre es interesante leer lo que escribes. Me lleva a ese lugar y ese momento en segundos!!
mutilen a los hombres para que no ejendren si se pueden llamar hombres
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