El Día
Internacional de la Mujer
me ha dado el pretexto para escribir sobre la situación de las féminas en China,
algo que desde hace mucho quería hacer.
Al igual que la
mayoría de las mujeres de cualquier país, las chinas han tenido un difícil
andar a lo largo de la historia de su nación y, si bien es cierto que han
logrado serias conquistas de género en los últimos años, aún les falta mucho camino
por recorrer.
Foto: Estela Du Bei |
Segunda parte
Pagando las consecuencias
La obsesión de las familias chinas por tener
un niño les pasaría la factura tarde o temprano. Ahora los padres andan cazando,
con Z, a una mujer para casar, con S, a su hijo, pues existe un gran déficit de
féminas en edad reproductiva en China, después de que a muchas se les negó el
derecho de nacer.
El gigante asiático se enfrenta ahora a una
desproporción, cada vez mayor, entre el número de hombres y mujeres que nacen.
De acuerdo con el Censo Nacional de Población 2010,
en China nacen seis niños por cada cinco niñas. Se calcula que en 2013, uno de
cada 10 chinos en edad de casarse no encontrará pareja.
Millones de hombres chinos están sufriendo las consecuencias del aborto selectivo que se practicó durante muchos años en China. Foto: Gabriela Becerra |
Se
“venden” caras
Ahora, un ejército de 18 millones de chinos solteros
anda desesperados en busca de su media naranja, lo que ha generado dos
situaciones que al final de cuentas reducen a la mujer a mera mercancía.
Expongo la primera de ellas. En China, existe un
respecto exacerbado hacia los padres.
Tradicionalmente, han sido ellos quienes han decidido quién será el cónyuge de
sus hijos (tema que abordaré en una posterior publicación)
Aunque algunos jóvenes han logrado romper con esta
tradición en los últimos años, otros todavía dejan que sus progenitores lo
decidan.
Todo esto viene porque los padres de las chicas,
ahora que escasean las mujeres en edad reproductiva, le exigen más a la familia
del novio. Éste tiene que garantizar que tiene una casa, que puede pagar una
boda, y que tiene un empleo decente.
Incluso, muchas chicas que deciden por sí mismas quién
será su futuro esposo, basan su decisión en lo que éste pueda ofrecerles económicamente,
y no en lo que sentimentalmente sienten por él.
Ellas ahora están para elegir y exigen casa, auto y un marido con buen empleo. Foto: Gabriela Becerra |
Según un informe del portal chino Souhu Jiaodian,
que realizó una encuesta en las 10 ciudades más grandes de China sobre el
capital que se requiere para casarse, en Beijing los chicos necesitarían un
promedio de 316 mil 949 dólares para conseguir esposa.
“Las
venden baratas”
Por otro lado, el déficit de mujeres chinas en edad
reproductiva ha generado que los hombres más pobres, sobre todo los que viven
en áreas rurales, no consigan una chica para casarse ante la fuerte “dote” que
éstas exigen.
Desafortunadamente, este déficit de chinas, que se
generó a partir de la discriminación contra las mujeres, crea a su vez otra
situación en donde las féminas también salen perdiendo: me refiero a la compra
de esposas.
Y países pobres, como Vietnam, están vendiendo gran
número de ellas al ejército de solteros chinos que no tienen dinero para pagar
las exigencias económicas de las mujeres de su país.
La mayoría de las veces las vietnamitas no se
venden por voluntad, sino que son víctimas de redes de trata de personas, que
se encubren como agencias que les prometen a los chinos encontrar una linda esposa,
buena y sumisa.
Muchas de estas agencias incluso muestran por
Internet las fotos de las candidatas, todas muy jovencitas, y ofrecen al
comprador una esposa a partir de los 900 dólares con un año de garantía, que
consiste en que si la chica se llega a escapar antes de este plazo, la agencia
le concederá otra.
Hay agencias que por 6 mil dólares garantizan una
esposa virgen. El precio incluye la firma del acta matrimonial (que no es otra
cosa que el documento que ampara la compra)
De acuerdo con la página de Internet periodismohumano.com en su artículo “163
más de hombres que de mujeres en Asia”, el
informe sobre Trata de Personas, realizado por el Departamento de Estado, de
Estados Unidos en 2009, señala que el mayor desequilibrio de género en Asia surge
a raíz de la trata sexual, ya sea por matrimonios impuestos o transfronterizos,
así como por prostitución forzada, en donde las mujeres de zonas pobres son
entregadas a hombres de regiones ricas.
Lo que refleja que el problema no sólo tiene que
ver con una cuestión de discriminación y explotación sexual de género, sino con
el abuso de poder que siempre ha existido entre los países pobres y ricos.
Desde luego que los campesinos chinos no son ricos,
pero el auge económico por el que atraviesa su país les ha salpicado, aunque
sea un poco, como para comprarse una esposa vietnamita a un precio increíblemente
ridículo, que está por demás decir que ofende la dignidad de cualquier mujer.
Incluso, algunos padres vietnamitas han visto en esta forma una buena forma de salir de la pobreza y ahora prefieren tener hijas con el objetivo de venderlas.
Tal parece que las regiones ricas se encargarán de "producir" hombres que en un futuro comprarán a las mujeres que "producen" los países más pobres.Foto: Gabriela Becerra |
El problema no sólo es de género, sino también de
pobreza. Mientras la mujer no deje de ser considerada como un bien, una
propiedad o una mercancía, empezando por los propios padres y la sociedad en la
que se desenvuelve, cualquier esfuerzo por cambiar su situación será inútil.
Estoy de acuardo contigo. esto es una aberracion para la pobres mujeres.
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